Tal vez una de mis frustraciones es convertir las letras en algo realmente bello. No soy tan bueno con las palabras pero quiero intentarlo contigo.
Aquí está el consejo de Gabo:
"Después de ciento dieciocho mil doscientos cincuenta días he vuelto a leer de sobremesa, con motivo o de los cien años de la muerte de Silva, y no creo que deba esperar otros cincuenta para tratar de responderme lo que pienso. Mi temor esta vez -al contrario de la primera- era no ser ya tan inocente como para ser justo. He repetido mucho que los novelistas no leemos sólo por placer sino por al curiosidad malsana de saber cómo están escritas las novelas de los otros. Aun si uno no se lo propone, cada paso cedemos a la tentación de voltear la página al revés para ver cómo está escrita, y desatornillar diálogos, situaciones, caracteres, hasta desentrañar su mecánica secreta. No hay otro método para aprender a escribir novelas, pero lo malo es que uno termina por no saber leer de otro modo."

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