Un recor
La fórmula del amor inagotable existe. Un buen ejemplo pueden ser los hijos, a quienes se llega a querer sin importar nada de lo que hagan.
En el amor de pareja hay estudios científicos que han querido ponerle fecha de caducidad, no se han puesto de acuerdo con los resultados. Es un tema en extremo complejo, porque involucra un factor humano que es imposible de medir. Luego considero inútil ponerle una etiqueta de vencimiento, si ese amor se cuida, y no solamente en fechas especiales o cuando está a punto de naufragar.
Así como el capitán de Titanic, que vió el Icebeg demasiado tarde, estoy seguro que en el corazón hay que estar siempre alertas y atentos a los cambios y señales.
Creo que cada persona tiene dentro de su ADN la fuente del amor inagotable, si es administrada con sabiduría y reciprocidad, puede durar toda una vida.
Finalmente, así como la belleza está en los ojos de quien mira, el amor inagotable vive en el cuerpo de quien ama y es amado.
Ahora, un poema que leí por ahí:
Anabel Albert
No quiero volver a arrepentirme de lo que no hice,
de lo que no me atreví a probar,
de lo que no aprendí,
de lo que no intenté.
No quiero,
volver a preguntarme quién hubiera sido,
si no hubiera estado siendo quien era
mientras soñaba con ser otra.
No quiero morirme de hastío cada jornada para poder volar en mis ratos libres. No quiero ser la empleada del mes, ni la esposa del mes, ni la madre del mes. No quiero ser proactiva. Ni competente. Ni productiva.
No quiero olvidar que la vida es fruto del azar, un capricho del cosmos, un fuego de artificio. El destello fugaz precedente a la oscuridad perpetua de la muerte.
No quiero posponerme más.

fantástico!!!
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