“Un grupo de
aspirantes discutía acaloradamente sobre si existía o no el destino. No
lograban en absoluto ponerse de acuerdo, y las posturas de unos y otros eran cada
vez más radicales. Acertó a pasar por allí un sabio y le pidieron que mediara
en la discusión. Le expusieron el tema que estaban debatiendo y le cuestionaron
si para él había destino o libre albedrío.
Tras reflexionar
unos instantes, sosegadamente, el sabio aseveró:
-
Sois como el cuervo y el búho: cada uno queriendo
imponer al otro su punto de vista, si bien para el cuervo el día es el día y
para el búho lo es la noche. ¿Por qué os extraviáis en actitudes tan radicales,
en opiniones tan extremas?
Los aspirantes
se sintieron muy desconcertados y hasta un poco avergonzados.
-
Os voy a contar una historia – agregó el sabio -. Se
trataba de un magnífico zapatero, el mejor que nadie pudiera imaginar.
Fabricaba los zapatos más bellos y a la vez más cómodos, pero he aquí, amigos
míos, que nació en un país donde las personas carecían de pies. Eso es
destino. Pero, escuchadme, no por ello
el zapatero se amilanó, nada de eso.
Como era muy creativo y sagaz, ¿para qué creéis que utilizó sus
energías?
Los aspirantes
se miraron intrigados, entre ellos, y no supieron qué responder. El sabio, sonriente, agregó:
-
Pues utilizó sus facultades para comenzar a fabricar
formidables guantes, puesto que en ese país las personas sí tenían manos. Eso es libre albedrío o voluntad.”
“Cincuenta
cuentos para meditar y regalar” de Ramiro Calle

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