La locura del amor ataca a todos por igual. No hay remedio, es inevitable. De ese sentimiento no escapan ni los monjes ni los hombres más austeros y estoicos. Con una simpática caricatura te mostré cómo soporta un maestro zen tal avalancha.
Esta es otra anécdota verídica:
“Zenón de Citón,
el importante filósofo chipriota del siglo IV a.c., es considerado el fundador
de la escuela estoica, que aboga por olvidarse de los placeres y soportar los
infortunios del destino de la mejor forma posible. Sin embargo, cuando le preguntaron si amar y
disfrutar de las mujeres era algo indigno de los filósofos y de los sabios,
Zenón se indignó mucho:
-
¿Qué creéis vosotros, que acaso las mujeres sólo deben
ser queridas por los imbéciles?”
Antología del ingenio de Luis T. Melgar


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