En las letras cabe un universo entero

“¿Un beso? Un truco encantado para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superfluas” Ingrid Bergman

miércoles, 15 de abril de 2015

Un agudo argumento




La fuerza del argumento constituye el pilar de la razón.     Y esta pequeña historia que no por ser menos cierta, puede ser verídica, muestra un claro ejercicio de argumentación incontrovertible:


Una empleada doméstica pidió aumento de sueldo.

A la señora no le sentó muy bien la solicitud, así que le preguntó:

- Concha, ¿por qué crees que mereces que te aumente el sueldo?

- Señora, hay tres razones:



1-La primera es que yo plancho la ropa mejor que usted.



- ¿Quién te ha dicho que planchas mejor que yo?



- Su esposo, señora.



2- La segunda razón es que yo cocino mejor que usted.




- Eso es puro cuento, ¿quién te ha dicho que cocinas mejor que yo?



- También su esposo, señora.





3-Y la tercera razón, y la más importante, es que yo soy mejor que usted en la cama.




Al oírlo, la señora, completamente descompuesta y gritando le pregunta a la empleada:



- ¿Mi esposo te ha dicho eso?


- No, señora ... me lo ha dicho el jardinero.



LA SEÑORA DE INMEDIATO LE AUMENTÓ EL SUELDO

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