En las letras cabe un universo entero

“¿Un beso? Un truco encantado para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superfluas” Ingrid Bergman

miércoles, 26 de agosto de 2015

Carta de disculpas

Una bella edición de "Alicia"


Lewis Carroll metió la pata con una amiga a quien dejó plantada en una situación.   Su carta ofreciendo las explicaciones pertinentes y sus más sentidas excusas es sin duda divertida.  

El autor de "Alicia en el país de las maravillas" hace gala del ingenio para convencer a su amiga de que es completamente inocente de su incumplimiento.    

Juzga tú si tales argumentos tendrían efecto en la destinataria...   te aseguro que lo tomarías como si te dijera que fue víctima del rapto de los extraterrestres.   

Aquí está la carta:

Querida Annie:
Esto es ciertamente terrible. No tienes idea de lo afligido que me encuentro mientras escribo. Me veo forzado a usar una sombrilla para mantener las lágrimas que mojan la hoja de papel. ¿Viniste ayer a ser fotografiada? ¿y estás muy enojada? ¿Por qué no estaba yo ahí cuando llegaste? Bueno el hecho es que fui a caminar con Bibkins, mi querido amigo Bibkins, nos alejamos muchas millas de Oxford, supón que fueron cien. Cuando estábamos cruzando un campo lleno de ovejas, un pensamiento cruzó mi mente, y dije solemnemente: “Dobkins, ¿qué hora es?” “Son las tres” dijo Fepkins, sorprendido por el modo en que lo dije. Corrieron lágrimas por mis mejillas. “Es LA hora”, le dije. “Dime, dime, Hopkins, ¿qué día es hoy?” “Por qué, claramente es lunes.” dijo Lupkins. “¡Entonces hoy es EL día!” grité. Lloré. Gruñí. Las ovejas se amontonaron a mi alrededor, y restregaron sus narices con la mía. “¡Mopkins!” dije “eres mi más antiguo amigo. ¡No me engañes, Nupkins! ¿En qué año estamos?” “Bueno, creo que es 1867”, dijo Pipkins. “¡Entonces es El año!” grité tan alto que Tapkins se desmayó. Todo había terminado, me trajeron a casa en un carruaje, que manejó el leal Wopkins.
Cuando me recuperé un poco del shock, he estado en la costa por algunos meses, arreglaré otro día para fotografiarte. Estoy demasiado débil como para escribir esto, por lo que Zupkings está escribiendo por mí.
Tu amigo miserable,

Lewis Carroll

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