La película Mad Max, fue todo un acontecimiento en la última entrega de premios de la Academia, cuyo galardón es el Oscar. El filme es
una aterradora voz de alerta frente a una cruda realidad. El ser humano ha
dejado de evolucionar para convertirse en una criatura similar al parásito, que
agota todos los recursos disponibles a su alrededor, sin devolver nada a
cambio. No hay progreso
sostenible. Siglos de evolución física
e intelectual, nos han convertido en criaturas fácilmente adaptables al
entorno, pero pasmosamente capaces de crear nuestra propia destrucción.
Las teorías
evolucionistas se basan en el hecho fundamental que los seres vivos que se
enfrentan a un ambiente adverso, tienen dos opciones: extinguirse o
adaptarse. En el proceso de
adaptación, los seres encuentran cómo superar sus debilidades, mejorar sus
fortalezas, incrementar su capacidad para solucionar los problemas que plantea
la supervivencia. Normalmente los
animales una vez que se adaptan a los cambios de su entorno, aprenden a vivir
en equilibrio sin destruir su propio hogar.
El hombre no. Una vez que pudo
dominar a la naturaleza gracias a su capacidad intelectual, pensó en una
ambiciosa carrera por tener más y más cosas, sin importar si el planeta podía
mantener esta carrera sin agotarse.
No discuto que la
calidad de vida de los países desarrollados, y la de personas privilegiadas
como nosotros, que no sufrimos hambre, frío, incomunicación o acceso a
servicios públicos, etc., aparentemente es el ideal de progreso. Pero desconocemos el hecho que más del 90% de
los restantes seres humanos carecen de las condiciones mínimas necesarias para
la tener una vida digna. Por lo tanto,
la llamada evolución y progreso de nuestra especie será nuestra propia
ruina.
Fabricar más y mejores
computadoras, teléfonos inteligentes, sistemas de entretenimiento cada vez más
asombrosos, son avances maravillosos, pero tienen un precio que la mayoría
queremos ignorar: en el proceso de fabricación de estos artículos que nos hacen
la vida más fácil y divertida, se están invirtiendo recursos naturales no
renovables, y la parte que se recicla de esta tecnología es mínima. En consecuencia, habrá un momento en que
tengamos televisores de super alta definición, con sonido tan real como la vida
misma, pero con toneladas de basura en el patio de la casa y sin posibilidad de
reutilizarse. No. Eso no es evolución. Nos creemos los seres más inteligentes del
planeta, pero somos la única especie capaz de crear armas tan letales que
pueden hacer explotar el mundo en una sola jornada.
También asistimos con
entusiasmo al lanzamiento del último juguete de la industria automotriz o
tecnológica y descuidamos componentes más importantes como el equilibrio en la
distribución de recursos. Mientras que
un puñado de nosotros tenemos teléfonos inteligentes, hay millones de personas
que ni siquiera tienen un par de zapatos.
Mientras en Estados Unidos el problema de sobre peso es un tema de salud
pública, porque comen demasiado, todavía hay niños que mueren de física
hambre.
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