Una sirena, otro ser mítico
El final de noviembre fue
estupendo. Y diciembre empezó con los instantes increíbles. Así es como empieza
la temporada de fin de año.
Quise celebrarte cada vez que
pude, las vísperas de tu cumpleaños como homenaje de gratitud por la inmensa
alegría que representa tu presencia en este mundo. Parece que no fue tan buena
idea. Pero mi intención era sin duda
festejar la alegría de un año muy especial: un año cerca de ti.
Una pequeña epopeya personal. Como
la del elefante blanco.
Herman Melville, autor
norteamericano, se inspiró en una historia verdadera para escribir una odisea
entre un grupo de marinos y una enorme ballena blanca, que finalmente hunde el
barco en el que navegan. Lo curioso es que Melville según la historia, no se
consideraba un gran escritor. Vivía a la
sombra de otros autores a quienes admiraba y consideraba no estar a su
nivel.
Lo cierto es que su libro ha
llegado hasta nuestros días, ciento sesenta y cinco años después de haber sido
escrito, así que el bueno de Melville finalmente ganó y su historia todavía vive
cada vez que alguien lee su libro.
Tenemos una historia personal
Olga María, y vive cada vez que la recordamos. Quizás un día alguien la lea y
la viva una y otra vez.
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