En las letras cabe un universo entero

“¿Un beso? Un truco encantado para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superfluas” Ingrid Bergman

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Para quién dijo que soñar no cuesta nada...



SI TE ENCUENTRO EN UN SUEÑO

Estás ahí, sentada en la acera de una calle imprecisa
Sola, en actitud reflexiva, quizás triste, quizás molesta.
Para variar algo dije, mal expresado, peor entendido,
Y sólo pienso en arreglar las cosas, volver a lo de antes,
Retomar el camino, no sé lo que dije, no recuerdo,
Es lo malo de encontrarse a mitad de camino de un sueño.

En mi afán de reconciliarnos algo pruebo,
Tu segundo nombre digo, me equivoco
y con esa carita de ángel pero enfurecido increpas:
“Ya ni siquiera recuerdas cómo me llamo”.


El tono de reclamo me afecta más todavía,
Te levantas, vas a marcharte, te detengo,
Luego busco afanosamente un beso sanador,
Y es todo lo que recuerdo, ahí acaba esa visita,
Es lo malo de encontrarse al final de un sueño.

Más tarde, ya consciente todo te lo cuento,
Te pregunto, ¿por qué son tan esquivos los besos?
Me respondes,
“Puedes en los sueños hacer todo lo que no puedes en persona”
Y eso no es del todo cierto…
Pocos tienen el control de ese momento mental durmiendo.

Pero una cosa sí te digo,
Si pudiera al menos una vez,
Y por una vez siquiera, vivir en un sueño lúcido,
Todo estaría claro, y no me cabe duda,
Sólo hay una cosa que seguro haría,
Crearía un mundo perfecto donde juntos viviríamos
Y me entregaría a un sueño profundo y eterno,
Donde no tendría que despertar jamás,

Eso es lo malo de los sueños perfectos.